Naciones y nacionalidades


Inmigrante. Desde tierras ucranianas en el Imperio ruso hasta Francia, sobre un mapa de Europa en el siglo XIX.

    Para la Wikipedia rusa Marie Bashkirtseff es una artista rusa, en tanto que lo es ucraniana para la ucraniana. Y a ambas les asiste la razón.  Los ucranianos se enorgullecen de su consanguinidad con Marie Bashkirtseff en tanto que los rusos, de su conciudadanía. Algunos franceses, por su parte, la consideran perfectamente francesa.



¿Mi patria? Mi patria está allí donde llueve.
Canción de los nómadas del desierto.

«En donde se está bien, allí está la patria.»
Marco Pacuvio, Teucer.



Marie Bashkirtseff en 1869

    «Ucraniana nacida en Rusia» es la fórmula —salomónica, si se quiere— de las enciclopedias. Este enunciado detenta, sin dudas,  la virtud de ajustarse a la lógica y a la realidad y deja conformes a unos y a otros. En tiempos en que Marie Bashkirtseff vivió, ambas naciones eran parte de un mismo imperio, el ruso. Pero forcemos un poco la imaginación: ¿cómo se sentiría ella de vivir en nuestros tiempos? y, desde allí, ¿como deberíamos catalogarla nosotros?

    Desde el punto de vista de nuestra realidad actual, el argumento geográfico es incuestionable: Havrontsi, Tcherniakovka, Poltava —los lares que la vieron nacer y crecer— son parte de Ucrania, una nación que, aún privada  de su condición de Estado durante gran parte de su historia, atesora mil años de antigüedad.

Evgeniya Podobna
    La escritora ucraniana Evgeniya Podobna nos recuerda que cuando Marie Bashkirtseff se fotografía con vestimentas eslavas, esos trajes eran ucranianos. Pero además Podobna nos aporta un dato muy importante, sobre el cual teníamos dudas: Marie Bashkirtseff hablaba en ucraniano.
    Evgeniya Podobna, que es una investigadora de la vida de Marie Bashkirtseff, nos esclarece sobre otro aspecto  histórico: para el Imperio ruso no existía ninguna Ucrania, sólo la «Rusia chica», como parte del imperio, aunque según los decretos estatales los nobles podían afirmar su condición de ucranianos. Y los Bashkirtseff eran miembros de la nobleza provinciana.
    En cuanto a la propia Marie, Podobna piensa que ella no tenía su propia identificación nacional por lo que su talento es producto de influencias de diferentes países y culturas.

    Es preciso tener en cuenta, sin embargo, que la realidad de nuestros días no deja de tener el signo impreciso de lo circunstancial, en tanto que la realidad —por no decir la actualidad— de quienes ya vivieron es definitivamente irrevocable, más allá de que el Imperio ruso se haya extinguido a perpetuidad a principios del siglo XX y de que, a fines del mismo, haya nacido esta —todavía joven— república de Ucrania, la que hoy conocemos.

    Marie Bashkirtseff es rusa por el Estado en el que nació en tanto que, por la nación y por la sangre  —por sus raíces—, es ucraniana. 

Marie Bashkirtseff, Une parisienne.

    Según el museo del Petit Palais y este dato debo agradecérselo a mi amiga y correctora Catherine Hayet en 1902, Maria Stepanovna, la madre de Marie Bashkirtseff, donó el cuadro de su hija Une parisienne al entonces recientemente inaugurado museo que se convertía, desde entonces y hasta nuestros días, en el de la ciudad de París. El óleo representa a Irma Perrot, la modelo favorita de Marie, de quien ya hemos hablado en otra entrada. En esa oportunidad, Maria Stepanovna expresaba en una carta al conservador del museo: «estoy segura de que usted querrá honrar la memoria de Marie Bashkirtseff, rusa de nacimiento, francesa y parisina de corazón y de educación»

«Por el poder supremo de la emoción estoy haciéndome francesa y patriota, a muerte.»  (Marie Bashkirtseff, Diario, domingo 7 de enero de 1883, luego del fallecimiento del líder republicano León Gambetta)
Philippe Lejeune
    ¿Francesa? Pues, sí. Al respecto y entre paréntesis digamos que esta joven mujer que vivió en Francia desde los doce años, que habló francés desde la cuna, que pensó y que dejó su obra escrita en francés también fue, en efecto, «perfectamente francesa» para muchos franceses, por ejemplo para Philippe Lejeune, un especialista francés en autobiografías. 
    Compartimos esta apreciación, huérfana lamentablemente de derecho, y cerramos paréntesis.

    Pero la nacionalidad es otra cosa. El principio de pertenencia por la sangre que se aplica en Europa dice sin lugar a dudas que Marie Bashkirtseff es perfectamente ucraniana.

Louise Breslau
    No era,  sin embargo, tan así a fines del siglo XIX. «La rusa», era el epíteto que empleaba la insigne suiza (en realidad alemana y de sangre sefaradita pero también francesa hasta la médula) Louise Breslau cuando hacía mención a su camarada y gran rival en la academia de pintura Julian. El atelier de mujeres era un ambiente por demás cosmopolita en el que se daban cita alumnas y alumnos de todos los continentes. Y Marie Bashkirtseff en muchas ocasiones mencionará con orgullo su pertenencia, compatriota de Tolstoi o de Turgueniev, ambos inobjetablemente rusos.

    «—¿Rusos? —preguntó— ¿de Petersburgo? —No, Santo Padre —le respondió mamá— de la Rusia chica». Marie reproduce este diálogo luego de una visita al Vaticano en 1876. Como ya hemos citado, Rusia chica o Pequeña Rusia, en ruso Malo Rossiya hacía referencia a la actual Ucrania, así es como se la conocía en los documentos rusos desde el siglo XVII. 

    Por cierto,  Marie Bashkirtseff había nacido en 1858 en el feudo paterno de Havrontsi (o Gavronzi), distrito de Dykanka, en la región u oblast de Poltava de aquella Rusia chica, en ese entonces una provincia más del imperio de los zares de todas las Rusias, como se los llamaba.

Marie Bashkirtseff niña (a la izquierda) en Tcherniakovka.

    Según las enciclopedias, el nombre Ucrania proviene del término krajina, que en eslavo puede tener dos significados: «país» o «territorio fronterizo» esto es, evidentemente, si el hablante es ucraniano o si es ruso. En ucraniano moderno kraína (країна) significa «país». Al parecer es a mitad del siglo XIX, en épocas del nacimiento de Marie, en lenguaje eclesiástico y en sus postrimerías en los medios intelectuales, cuando vuelve a hacer su aparición el término Ukraína (en ucraniano Україна). Los primeros registros de este vocablo, Ucrania, se remontan sin embargo al siglo XII. Marie Bashkirtseff lo citará en dos oportunidades, tal vez un tanto elípticamente:

«¡Ah!, el Mediodía. Soy del Mediodía, yo, nacida en Ucrania y crecida en Niza, adoro el Mediodía.» (Miércoles 12 de octubre de 1881)  
«En fin. Es lorenés, lo cual, con referencia a Francia, es un poco como ser de Ucrania en Rusia… Si fuese marsellés diría que todavía es más parecido porque Ucrania es la provincia rusa, muy parecida a Lorena, en donde los habitantes son intrigantes y ladinos.» (Lunes 25 de febrero de 1884) 
    Pero no es de extrañar dada la cuna en la que nació. Aún cuando el vínculo con su padre era bastante distante, éste era mariscal de la nobleza regional ante la corte del Imperio, incluso consejero de Estado en sus últimos tiempos de vida.


    Nacionalidad es un concepto polisémico, dice la Wikipedia, significa que el vocablo tiene varias acepciones y aquí las reproducimos, a muy grandes rasgos : 1) de pasaporte, 2) de sentimiento, 3) histórica, como por ejemplo el caso de la Cataluña que en los últimos tiempos ha dado tanto que hablar. Nacionalidad, entonces, es una sustancia que se inviste de una amplia gama de significaciones y excede en mucho los límites de una carta de ciudadanía.  Los kurdos, los palestinos, los maoríes, los escoceses de estos tiempos —por rescatar sólo unos poquísimos ejemplos— no tienen un país independiente pero sí una nacionalidad.

     La Ucrania de nuestros días conoció mil años atrás su edad de oro. Durante los siglos X y XI el Rus de Kiev —Kiev es la capital de la actual Ucrania—fue el estado más grande y poderoso de Europa, base de las identidades nacionales de ucranianos, bielorrusos y... rusos. Su posterior decadencia la condujo en las siguientes centurias a caer dominada y anexada por las potencias circundantes. En épocas de Marie Bashkirtseff formaba parte del Imperio ruso que, en 1876, cuando ella tenía dieciocho años y ya vivía en Francia, incluso había prohibido el idioma ucraniano en las escuelas.

El Rus de Kiev en el siglo XI.

    Ucrania nació como república (soviética) por primer a vez apenas un cuarto de siglo después de la muerte de Marie. Pero una larga cadena de desencuentros a lo largo de la historia ya separaba a ucranianos y rusos.  El conflicto que hoy en día (2019) los enfrenta no es una excepción. Durante el Imperio de los zares y en la época soviética el David ucraniano se sintió oprimido por el Goliat ruso.


    Marie Bashkirtseff no fue una mujer indiferente a la realidad política y social de su tiempo: pese a su origen aristocrático supo levantar las banderas del republicanismo y dejó asentada su simpatía por el pueblo oprimido bajo la tiranía de los zares y su remordimiento cuando no se decidía a viajar al Imperio para unirse a la oposición. Su dilatada percepción de la realidad le permitió inscribirse en el movimiento feminista y su sentido de la ética la llevó a ser una pintora testimonial del naturalismo, esto es, a descartar a los ninfas y a los ángeles de la pintura clásica para plasmar a los seres descastados de los suburbios de París.

Marie Bashkirtseff, El paraguas

    En cuanto al sentimiento, Marie Bashkirtseff, vivió en Francia desde los doce años y anheló «el honor de ser francesa», tal como lo dejó escrito alguna vez. Pero, al mismo tiempo y en su condición de eslava, estamos convencidos de que su corazón latiría por Ucrania si viviese hoy en día. Más allá de la profunda empatía y respeto por el más débil, su sentido de pertenencia geográfica e histórica, sin olvidar sus raíces tártaras, así se lo dictarían, sin lugar a dudas. 

«Sonia toca en el piano aires de la Rusia chica y eso me trae a la memoria Tcherniakovka, entonces me siento transportada.» (Lunes 3 de marzo de 1873)

    Se suele emplear erróneamente —y así lo ha hecho también quien estas líneas suscribe— la esquemática fórmula «pintora rusa que vivió en Francia».  Hoy vamos a enmendar el desliz: 

    Marie Bashkirtseff fue una pintora ucraniana que nació en Rusia y vivió en Francia. Allí, en Niza y en París, fue una francesa más.⬜


© José Mito









Marie Bashkirtseff Dixit: «Pero lo que lloro ahora… sólo lo podría describir correctamente si tuviese el honor de ser francesa y la felicidad de ser hombre.»  (Martes 9 de enero de 1883)



Si alguna de las imágenes aquí insertadas lesionan los derechos de sus eventuales propietarios, por favor háganoslo saber y procederemos a su retiro.
Te invito a visitar mi web site en homenaje a Marie Bashkirtseff, donde podrás encontrar una galería bastante completa de sus obras:

Para los amigos que leen el blog en otros idiomas:
La calidad del traductor automático de Blogger deja bastante que desear y muchas veces cae en lo grotesco. 
Probablemente es mejor utilizar el traductor automático de Google Chrome. 
O copiar y pegar en Google Traslator. ¡Buena suerte!

Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidos. Gracias por ayudarnos a mejorar.
Si tienes alguna información adicional sobre cualquiera de los temas que abordamos en este blog y quieres compartirla, por favor, comunícate con nosotros.
También puedes escribirme a: jose.mito@bashkirtseff.com.ar




Síguenos también en

Comentarios

ARTICULOS de este BLOG